Mi niña, ven y toma mis pechos, cuencos de leche tibia.
Acércate a tu refugio a soñar tus sueños.
Regresa al origen, al amor y la alegría que te engendraron.
Al placer que fecunda y riega vida por el mundo.
Ven mi niña, a calmar tus lágrimas
y a acunarte en mis brazos, que estarán para ti
por siempre.
Lléname con la luz de tus ojos, ternura mía,
pues tu mirada es la mayor muestra de amor.
Acércate a tu refugio a soñar tus sueños.
Regresa al origen, al amor y la alegría que te engendraron.
Al placer que fecunda y riega vida por el mundo.
Ven mi niña, a calmar tus lágrimas
y a acunarte en mis brazos, que estarán para ti
por siempre.
Lléname con la luz de tus ojos, ternura mía,
pues tu mirada es la mayor muestra de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario